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jueves, 3 de mayo de 2012

Patrician lV


El concepto se repite durante las 4 entregas de la serie: encarnamos a un joven de una ciudad al norte de Europa cuyo objetivo en la vida es ganarse el pan mediante el comercio por mar. Para ello tendrá que hacerse un hueco entre las poderosas estirpes de larga tradición mercantil que ya habitan por esas zonas, conocidos como la Liga Hanseática, e intentar mejorar su reputación para llegar a ser una figura del comercio en el Continente. Por supuesto, no va a ser tarea fácil: el mar está lleno de innumerables peligros, Europa es un hervidero de guerras y escaramuzas y los comerciantes de la Liga Hanseática no se van a quedar atrás tan fácilmente. Si queremos llegar a algo en esta profesión que hemos elegido, vamos a tener que espabilar mucho.
imp_patricianiv_05.jpg Captura de pantalla
Un especial detalle a la caja del juego, y en general al empeño que FX Interactive pone al distribuir sus productos. Encontramos un pergamino sellado que, al abrirlo, nos mostrará el mapa del juego con la totalidad de las rutas comerciales establecidas en el mismo, así como un resumen de los precios de las mercancías, tanto en producción como en recomendaciones a la hora de venderlas, y que se complementa con otro mapa de mayor tamaño que incluye todos los puertos y expediciones comerciales posibles en el juego. Es importante decir que, más allá de haber introducido un simple mapa, lo que se ha añadido es una perfecta guía para que tanto los jugadores noveles como los más experimentados tengan una constante referencia a la hora de jugar.
imp_patricianiv_06.jpg Captura de pantalla
El título contiene dos modos de juego: campaña y desafío. El primero vendría a ser la historia de nuestro joven comerciante en busca de fama y fortuna, y su avance se basa en objetivos que debemos ir cumpliendo para seguir escalando en la pirámide de la Liga Hanseática. Esto no significa que sea un desarrollo cerrado basado en fases, porque de hecho es completamente libre, pero se nos animará a seguir el orden establecido con el fin de convertirnos en el Patricio más próspero de Europa. El segundo modo es casi exacto al primero, pero carece de esos objetivos intermedios y nos permite configurar la partida con mayor detalle, hasta el punto de que podemos alterar las producciones tradicionales de cada puerto por otras aleatorias.
Porque ese es el siguiente paso, configurar los parámetros que servirán tanto para definir a nuestro representante en Patrician IV como los ajustes de dificultad para la partida. Comenzamos por el nombre y los apellidos de nuestro comerciante, su género, ciudad natal y escudo familiar. Después podremos modificar la dificultad del título y si la producción en cada ciudad será aleatoria o, por lo contrario, se limitará a los bienes que históricamente se obtenían en dichos lugares. Por último ajustaremos la cantidad de ciudades en el juego y el nivel medio de población. Como decíamos antes, algunas de estas opciones no son configurables en el modo campaña, mientras que en el modo de desafío tendremos total libertad para ajustar la partida a nuestro gusto.
imp_patricianiv_16.jpg Captura de pantalla
En cuanto aceptamos pasamos a ver una ciudad costera, por defecto Lubeck, de donde procede nuestro alter ego, formada por unos cuantos edificios importantes y una serie de cabañas donde habitan sus vecinos. Lo más importante aquí será su puerto y su lonja, centro de actividad para cualquier buen comerciante que se precie. Nuestro asistente nos dirá que empecemos a comerciar, y nuestra primera misión será comprar bienes en Lubeck para venderlos en cualquier otro puerto de Europa, acción básica en este juego. Esto se debe a que la forma rápida de empezar a hacer dinero es trasladando distintos productos entre diversas ciudades. En el mapa de navegación es simple atestiguar esto que estamos diciendo: vemos muchas más ciudades repartidas por toda Europa, y cada una con su puerto y su lonja.
imp_patricianiv_15.jpg Captura de pantalla
El barco es el único medio de transporte de mercancía, y comenzaremos con uno bastante decente para nuestro rango. Cada nave se diferencia por la cantidad de marinos a bordo, armamento y capacidad de carga, de manera que existirán barcos destinados al comercio mientras que otros serán más apropiados para el ataque o la defensa de convoyes. Cuando tengamos suficiente dinero podremos acudir a los astilleros para comprar una nueva nave, pero tendremos que esperar unos cuantos días hasta que se termine, dependiendo de si los astilleros cuentan con las cantidades suficientes de maderas y herramientas como para finalizar nuestro encargo. Una gran flota será sinónimo de un comerciante próspero, y en cuanto las cosas nos vayan ven empezamos a tener más y más barcos.
imp_patricianiv_03.jpg Captura de pantalla
Existen 4 tipos: goleta, carabela, nao y galeón. Si dedicamos tiempo y dinero a investigar, podremos acceder a 3 clases adicionales: coca, urca y carraca. Cada nave puede mejorarse con la adquisición de cañones, pero eso va a suponer una reducción proporcional de la capacidad de carga de las mismas. De esta manera podremos asignar barcos a distintas tareas, entre las que vamos a distinguir cuatro opciones claras: transporte, escolta, patrulla o pirateo. Las últimas opciones van a necesitar naves armadas, mientras que en la primera vamos a querer una gran capacidad de carga para rentabilizar los viajes, puesto que el tiempo que una nave pasa en mar abierto es tiempo en el que nuestros ingresos se van a encontrar paralizados en medio del agua, sin producir beneficios y con riesgo de ser saqueados.
patrician_4_02.jpg Captura de pantalla
En las ciudades encontramos otros edificios, como viviendas donde habitan cada una de las clases sociales que se alojan en la ciudad (trabajadores, burgueses o patricios), almacenes (donde podemos guardar mercancías y tener nuestras propias reservas), tabernas y distintos negocios locales. Destacan tanto el ayuntamiento como el edificio del gremio. En el primero podremos consultar información sobre la ciudad o la Liga Hanseática y, quién sabe, quizás ocupar este edificio si algún día somos nombrados alcaldes de la ciudad. En el segundo tendremos que afiliarnos si queremos conseguir los permisos necesarios para poder establecer oficinas comerciales, construir edificios o abrir negocios en su ciudad. Sin embargo, cuando empecemos tendremos que centrarnos en los aspectos más básicos del comercio.
imp_patricianiv_01.jpg Captura de pantalla
Las ciudades se muestran en un entorno 3D con gran cantidad de detalles para nuestro regocijo visual, y los edificios serán perfectamente diferenciables cuando los hayamos visto en un par de ocasiones. También tendremos acceso a la carta de navegación, donde observar todos los puertos existentes en los mares del norte y con los que podremos establecer rutas comerciales. Por último, una serie de iconos nos van a indicar tanto el estado de la urbe (si se ha declarado un incendio, condiciones meteorológicas,…) como las mercancías disponibles en cada uno. Respecto a la climatología, diremos que afecta y mucho a nuestras expectativas comerciales y a la producción, siendo incluso imposible navegar en los meses más frío, cuando algunos de los puertos prácticamente se congelan


Porque ese es el siguiente paso, configurar los parámetros que servirán tanto para definir a nuestro representante en Patrician IV como los ajustes de dificultad para la partida. Comenzamos por el nombre y los apellidos de nuestro comerciante, su género, ciudad natal y escudo familiar. Después podremos modificar la dificultad del título y si la producción en cada ciudad será aleatoria o, por lo contrario, se limitará a los bienes que históricamente se obtenían en dichos lugares. Por último ajustaremos la cantidad de ciudades en el juego y el nivel medio de población. Como decíamos antes, algunas de estas opciones no son configurables en el modo campaña, mientras que en el modo de desafío tendremos total libertad para ajustar la partida a nuestro gusto.
imp_patricianiv_16.jpg Captura de pantalla
En cuanto aceptamos pasamos a ver una ciudad costera, por defecto Lubeck, de donde procede nuestro alter ego, formada por unos cuantos edificios importantes y una serie de cabañas donde habitan sus vecinos. Lo más importante aquí será su puerto y su lonja, centro de actividad para cualquier buen comerciante que se precie. Nuestro asistente nos dirá que empecemos a comerciar, y nuestra primera misión será comprar bienes en Lubeck para venderlos en cualquier otro puerto de Europa, acción básica en este juego. Esto se debe a que la forma rápida de empezar a hacer dinero es trasladando distintos productos entre diversas ciudades. En el mapa de navegación es simple atestiguar esto que estamos diciendo: vemos muchas más ciudades repartidas por toda Europa, y cada una con su puerto y su lonja.
imp_patricianiv_15.jpg Captura de pantalla
El barco es el único medio de transporte de mercancía, y comenzaremos con uno bastante decente para nuestro rango. Cada nave se diferencia por la cantidad de marinos a bordo, armamento y capacidad de carga, de manera que existirán barcos destinados al comercio mientras que otros serán más apropiados para el ataque o la defensa de convoyes. Cuando tengamos suficiente dinero podremos acudir a los astilleros para comprar una nueva nave, pero tendremos que esperar unos cuantos días hasta que se termine, dependiendo de si los astilleros cuentan con las cantidades suficientes de maderas y herramientas como para finalizar nuestro encargo. Una gran flota será sinónimo de un comerciante próspero, y en cuanto las cosas nos vayan ven empezamos a tener más y más barcos.
imp_patricianiv_03.jpg Captura de pantalla
Existen 4 tipos: goleta, carabela, nao y galeón. Si dedicamos tiempo y dinero a investigar, podremos acceder a 3 clases adicionales: coca, urca y carraca. Cada nave puede mejorarse con la adquisición de cañones, pero eso va a suponer una reducción proporcional de la capacidad de carga de las mismas. De esta manera podremos asignar barcos a distintas tareas, entre las que vamos a distinguir cuatro opciones claras: transporte, escolta, patrulla o pirateo. Las últimas opciones van a necesitar naves armadas, mientras que en la primera vamos a querer una gran capacidad de carga para rentabilizar los viajes, puesto que el tiempo que una nave pasa en mar abierto es tiempo en el que nuestros ingresos se van a encontrar paralizados en medio del agua, sin producir beneficios y con riesgo de ser saqueados.
patrician_4_02.jpg Captura de pantalla
En las ciudades encontramos otros edificios, como viviendas donde habitan cada una de las clases sociales que se alojan en la ciudad (trabajadores, burgueses o patricios), almacenes (donde podemos guardar mercancías y tener nuestras propias reservas), tabernas y distintos negocios locales. Destacan tanto el ayuntamiento como el edificio del gremio. En el primero podremos consultar información sobre la ciudad o la Liga Hanseática y, quién sabe, quizás ocupar este edificio si algún día somos nombrados alcaldes de la ciudad. En el segundo tendremos que afiliarnos si queremos conseguir los permisos necesarios para poder establecer oficinas comerciales, construir edificios o abrir negocios en su ciudad. Sin embargo, cuando empecemos tendremos que centrarnos en los aspectos más básicos del comercio.
imp_patricianiv_01.jpg Captura de pantalla
Las ciudades se muestran en un entorno 3D con gran cantidad de detalles para nuestro regocijo visual, y los edificios serán perfectamente diferenciables cuando los hayamos visto en un par de ocasiones. También tendremos acceso a la carta de navegación, donde observar todos los puertos existentes en los mares del norte y con los que podremos establecer rutas comerciales. Por último, una serie de iconos nos van a indicar tanto el estado de la urbe (si se ha declarado un incendio, condiciones meteorológicas,…) como las mercancías disponibles en cada uno. Respecto a la climatología, diremos que afecta y mucho a nuestras expectativas comerciales y a la producción, siendo incluso imposible navegar en los meses más frío, cuando algunos de los puertos que prácticamente se congelan.
En conclusión, Patrician IV: Imperio de los Mares es una reedición o adaptación de un desarrollo consolidado en su género a las nuevas opciones que permite la tecnología y los equipos actuales, aún sin llegar a suponer una revolución en dicho aspecto. De hecho, los mismos requisitos técnicos del juego atestiguan esta afirmación, pues no vamos a necesitar un equipo de las últimas prestaciones, ni de lejos. Una gran opción para los amantes de la serie, que verán renacer la misma adaptada a los tiempos que corren, o para los que deseen probar un simulador comercial accesible sin demasiadas complicaciones, o adquirir un juego que ofrezca casi infinitas horas de diversión por muy bajo coste.


por Jonathan Gómez

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